Alteraciones Neurológicas por el Alcoholismo
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), anualmente fallecen 3,3 millones de personas en el mundo debido al consumo nocivo de alcohol, representando el 5,9% de todas las defunciones.
Para entender cómo afecta el alcohol al cerebro y al sistema nervioso, se necesita contar con información básica pero importante que a continuación se describe en términos generales.
Ingerir alcohol, se ha normalizado culturalmente, ya que es una de las maneras en las que sociabilizamos y disfrutamos de parte de nuestro tiempo libre.
Sin embargo, es necesario controlar la frecuencia y la cantidad de alcohol que consumimos, por sus efectos nocivos a mediano y largo plazo para la salud en general, y para el cerebro en particular.
El causante de todo el daño que recibimos al ingerir alcohol es el etanol o alcohol etílico, que está presente en todas las bebidas alcohólicas y que puede provocar una adicción que degenere en alcoholismo. Aunque afecta de forma distinta a una persona u otra en función de factores como el género, la edad, la altura, el peso, el estado emocional y de salud o el grado de tolerancia, las sensaciones por consumirlo en grandes dosis, se manifiestan en todos por igual e incluyen:
- la embriaguez, caracterizada por un estado de euforia y excitación inicial, sensación de valentía, inhibición, verborrea, etc, y que, llevada al extremo, puede derivar en una intoxicación o coma etílico que origina pérdida de conocimiento y necesita tratamiento médico urgente. Los comas etílicos pueden incluso desencadenar en la muerte, cuando la concentración de alcohol en sangre es tan alta, que origina un edema cerebral o hemorragias por todo el cerebro.
- Pérdida de las habilidades Cognitivas (percepción, razonamiento lógico y conocimiento).
- La resaca, que es el malestar que se experimenta cuando se terminan los efectos del alcohol (dolor de cabeza, mareo, nauseas o vómitos) y se genera por la deshidratación del cerebro. Mejora con descanso, bebiendo mucha agua y comiendo fruta.
Entre los efectos que tiene un consumo continuado y excesivo de alcoholismo para el cerebro y el sistema nervioso resaltan los siguientes:
1. Trastornos psíquicos:
Las personas con problemas de alcoholismo pueden llegar a desarrollar enfermedades mentales graves como la psicosis, y experimentar alucinaciones y delirios que les llevan a evadirse de la realidad. Paranoias que les pueden hacer pensar que tienen a personas en su contra, y ver, oír y sentir cosas que no existen.
2. Alteraciones de la conducta:
El consumo habitual y excesivo de alcohol lleva asociados cambios en el comportamiento y trastornos emocionales. La serotonina es un neurotransmisor que regula el estado de ánimo, y beber frecuentemente modifica sus niveles, bajándolos.
Como consecuencia de esta alteración, la euforia, la impulsividad y la alegría que se experimenta al inicio de una borrachera puede acabar degenerando en agresividad, violencia, y en cuadros de tristeza, ansiedad, estrés y depresión.
3. Fallos de memoria:
El alcohol afecta al cerebro, exactamente al hipocampo, pequeño órgano situado en el cerebro, que se asocia con la memoria. Pueden empezar siendo pequeños lapsos o las llamadas lagunas mentales, que hagan que no se recuerden fragmentos de tiempo, horas después de haberse emborrachado. Con el tiempo y los excesos, pueden convertirse en un problema más grave que dañe el cerebro e incida en la capacidad de memorizar y en los recuerdos a mediano y largo plazo.
El abuso del Alcohol en cualquier edad es muy perjudicial, pero todavía es más dañino durante la adolescencia, época en la que el cerebro aún está desarrollándose, porque a los problemas en la memoria, se les pueden sumar problemas de concentración y de aprendizaje, que afecten al rendimiento escolar, y a la función cognitiva en el futuro.
4. Demencia:
La demencia alcohólica puede padecerla no sólo una persona alcohólica sino cualquiera que abuse del alcohol de manera frecuente. Se manifiesta cuando se dañan las áreas cerebrales encargadas de las funciones cognitivas. Los síntomas desaparecen poco a poco, en forma de comportamiento antisocial (falta de empatía), cambios de personalidad y de humor, confusión, falta de concentración, incapacidad para organizarse y para tomar decisiones.
¿Qué más produce en alcoholismo?
La memoria no sufre tanto como en otros tipos de demencia, y por eso la posibilidad de recuperación es bastante alta cuando el diagnóstico se realiza pronto.
Además de las secuelas del cerebro, el consumo de bebidas alcohólicas puede dañar otros órganos vitales como el hígado, el corazón, el estómago, el riñón o los pulmones, y provocar enfermedades como la cirrosis y el cáncer. Pero por suerte esto es algo que se puede evitar porque siempre hay opciones de terapia o recuperación.
Es común que no aceptemos que tenemos un problema de Alcoholismo, engañándonos pensando que nuestro nivel de ingesta no es grave, sin embargo; a largo plazo nuestra manera de beber puede ocasionarnos múltiples problemas a nuestro organismo.