Eliminación de la Violencia contra la mujer…un camino necesario
El día de hoy, 25 de noviembre de 2022, se conmemora “el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia en contra de la mujer” y sin lugar a dudas es una fecha que le invita a hacer una reflexión profunda sobre la violencia que las mujeres continúan padeciendo en diversos ámbitos y circunstancias, todas ellas injustificables y deplorables. Vamos a hacer una reflexión sobre la violencia que ocurre en el hogar, por ser quizás el origen de un tipo de descomposición social, pero no debemos dejar de pensar sobre la violencia en el trabajo, en las calles o incluso la que se ejerce desgraciadamente en algunos centros de atención de Adicciones y tratamiento.
El fenómeno de la violencia contra la mujer en el hogar, tiene serias repercusiones en los individuos, en las familias, en la sociedad e incluso en el propio estado; pero para entender este fenómeno es fundamental tratar primero el tema de lo grupos vulnerables.
De acuerdo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos “se entiende por grupos vulnerables a todos aquellos que, ya sea por su edad, raza, sexo, condición económica, características físicas, circunstancia cultural o política, se encuentran en mayor riesgo de que sus derechos sean violentados”.
Sandra Marshal Stirling identifica 5 tipos de vulnerabilidad: por idiosincrasia, natural, por recursos, social o cultural. En el caso específico de la clasificación por condición social, se refiere a aquellas personas o grupos que suelen ser afectados por prejuicios y prácticas discriminatorias en razón de los estereotipos, roles y prácticas socioculturales establecidas en una determinada comunidad.
La violencia contra la mujer en el hogar, proviene de este tipo de vulnerabilidad, ya que posee un mayor riesgo a ser violentada en sus derechos fundamentales, en su integridad sexual, psicológica y física, basándose únicamente en el hecho de ser mujer (“el sexo débil”).
En Veracruz, por ejemplo, el 35.1% de las mujeres mayores de 15 años, unidas o casadas, declaran haber sido víctimas de al menos un incidente de violencia, ya sea emocional, económica, física y(o) sexual. Una clase de violencia que se desencadena por un estereotipo asociado a la mujer es el del quehacer del hogar; 28.3% admiten que sus parejas se enojaron por no gustarles la comida que prepararon, lo cual es un ejemplo de una falsa idea, en la cual el hombre provee y la mujer se dedica a labores del hogar.
En México, según datos de encuestas especializadas, el porcentaje de violencia contra la mujer en el hogar se incrementó durante la pandemia. Este era ya un problema delicado antes del COVID; sin embargo, en los primeros meses de la pandemia y ante la indicación por parte de las autoridades de salud a no salir de casa, muchas mujeres vivieron un tormento al estar prácticamente encerradas con sus abusadores.
Pero esta situación obviamente se dio en prácticamente todo el
Mundo y como una respuesta a esto, la ONU Mujeres convocó al Foro Generación Igualdad 2021 junto con los gobiernos de México y Francia, y la participación de representantes de colectivas de la sociedad civil.
Este Foro tuvo lugar en la Ciudad de México del 29 al 31 de marzo de aquel año y fue prácticamente un encuentro mundial a favor de la igualdad de género y reunió a 250 ponentes y activistas por los derechos de las mujeres y líderes juveniles de 85 países. Como resultado de este evento, el secretario general de la ONU, António Guterres, lanzó una declaración que sacudió muchas consciencias: “Las sacudidas sísmicas de la pandemia de Covid-19 han destrozado la vida de millones de mujeres y niñas”.
La triste realidad es que la cuarentena forzosa que duró más tiempo del que todos esperábamos, acabó agravando y aumentando los casos de violencia de género, situación que ya se identificaba como un grave problema social antes de la pandemia.
La realidad que tenemos frente a nosotros nos indica claramente que la violencia contra las mujeres también es una pandemia y esta se ha venido reforzando en los últimos meses y contrario al Covid, no se le ve el inicio de un final, sino todo lo contrario.
Para poder trabajar y erradicar la condición de vulnerabilidad de las mujeres, se requiere de acciones y programas orientados a la prevención, debiendo atender los factores de causa en sus diferentes niveles, empezando por ellas mismas.
Pero lo más importante de todo es que debemos de contribuir desde la sociedad misma, para lograr una real igualdad de género. Ninguna situación de violencia en contra de la mujer es normal ni tolerable, sea del tipo que sea.